jueves, 6 de septiembre de 2007

JUANJITO Y SUS AMIGOS

Desde el primer día de la Universidad, cuando Juanjo Sanchis había entrado en la clase de Derecho Civil I, en un aula gigantesca y austera y se había sentado a su lado, Juanjito y Anacleto habían sido amigos.
No tenían muchas cosas en común: mientras que Juanjo era un chico más bien retraído, acostumbrado a ver, oír y callar; Anacleto actuaba como si fuese el amo del mundo: allí dónde entraba se las ingeniaba para ser el centro de atención.
Anacleto, sin embargo, aspiraba a llevar los polos de Ralph Lauren que Juanjo parecía coleccionar, a conducir el Wolksvagen Golf verde oliva de su amigo (un buen coche, su padre era mecánico y de eso sabía un rato); y a irse de vacaciones con la familia a un crucero por la Polinesia, como el que habían disfrutado los Sanchis el año anterior.
Mientras tanto él pasaba los veranos ayudando en el concesionario de su cuñado y zampando tortilla y gaseosa en los picnics que su madre preparaba en la arena de la playa de la Malvarrosa.

Se juntaban en las últimas filas del anfiteatro forrado en madera del aula o en la cafetería y Juanjo observaba cómo Anacleto, sin aparente esfuerzo, conseguía obtener la atención y favores de las chicas más populares de la Facultad.
También solía sentarse con ellos Alfredo, un chico bajito y con alopecia galopante, pero que tenía como garn virtud ser del clan de los Giner, "los constructores". A Juanjo no le caía muy bien, pero Anacleto parecía encantado con su compañía.
Trampeando conseguían sacar la carrera poco a poco, hasta que en abril del segundo año (aunque Juanjo seguía con cuatro colgadas de primero, nunca le había gustado estudiar); Anacleto dejó de aparecer por la Facultad.

En aquella época Anacleto salía con Inés, una chica alta, rubia y contoneante; que ya había conseguido trabajo como peluquera en uno de los salones más afamados del centro de Valencia. Dejado llevar por la exuberancia de la fémina, Anacleto perdió el oremus y ganó en descendencia, por lo que su padre le consiguió un trabajo de vendedor en una empresa de coches usados y le gestionó un préstamo para una VPO en la Fuensanta.

Fue entonces cuando Anacleto desapareció momentáneamente de la vida de Juanjo, para reaparecer años más tarde de manera espectacular, aunque esa historia será contada más adelante.

En este momento tenemos a Juanjito con 22 años, lleno de compromisos sociales y familiares y cada vez más cercano a los Giner. Alfredito Giner se había ganado su confianza (al tener más dinero que él, seguro que no eran amigos por el interés), y él fue quien mejor entendió las ideas de Juanjito sobre la unidad , grandeza y libertad territoriales, ya que comulgaba con esas ideas al 100%.

Y fue Alfredito , por último, quien inició a Juanjo en el Ejército de la Última Legión

2 comentarios:

nennella dijo...

ya me enganché! més, per favor!

Elena dijo...

¿¿Juanjito, legionario??